ideas
La vía canaria al socialismo
D. DELGADO
Para los
comunistas, el socialismo es el periodo histórico revolucionario de
transición que media entre el modo capitalista de producción y
apropiación de la riqueza y la sociedad comunista. O sea, el
socialismo es la etapa previa al comunismo o la primera fase del
mismo.
Por lo tanto,
en una época histórica en la que todavía es hegemónico el
capitalismo en su fase imperialista, a los comunistas lo que nos
corresponde es estudiar, analizar y discutir las propias leyes del
sistema capitalista contemporáneo, así como las que deben regir el
desarrollo del socialismo.
Naturalmente,
las tareas y necesidades de los comunistas en los países en los que
ya han conquistado el poder político no son las mismas que las de
los revolucionarios que desarrollan su lucha en el seno de países
capitalistas, como es el caso de los comunistas canarios.
A los primeros,
lo que les atañe es la consolidación del socialismo y su máximo
desarrollo para superar al capitalismo en todos los ámbitos. O sea,
aplastar a la burguesía contrarrevolucionaria y lograr que el modo
socialista de producción y distribución de la riqueza sea tan
eficiente y avanzado que llegue a rebasar al capitalismo en todas las
áreas.
A los segundos,
obviamente, lo que nos concierne es la toma del poder. Pues mientras
los trabajadores y su vanguardia no ostentemos el poder político, no
podremos edificar el socialismo de ninguna manera.
Pero algo que
tienen en común los comunistas, tanto los que gobiernan en los
Estados socialistas como los que aspiran a organizar la revolución
en sus países donde domina el capitalismo, es que tienen que buscar
su propia vía para tomar el poder y desarrollar el socialismo.
Pensar lo contrario significaría creer que existe una receta
milagrosa útil para cualquier época y lugar, que tan sólo con
aplicarla correctamente llevaría al triunfo de la revolución y el
éxito del socialismo.
¿Supone esto
entonces que todo es válido en el camino hacia el socialismo? De
ninguna manera. De hecho, ese es uno de los argumentos-trampa más
empleados por los revisionistas, los reformistas y los oportunistas
cuando pretenden engañar a la clase obrera haciéndoles creer que
ellos están por la superación del capitalismo pero por medio de
otras vías pacíficas, modernas, alternativas y no dogmáticas,
frente a los comunistas trasnochados que vivimos en el pasado y
defendemos métodos intransigentes y tácticas doctrinales de otra
época con las cuales no se identifican las masas y que por lo tanto
nos llevan al aislamiento y a un callejón sin salida.
Quienes dicen
todas esas falacias, haciendo hincapié en que ellos también son
socialistas (lo cual podría ser cierto suponiendo que defiendan un
socialismo ajeno al socialismo científico fundado por Marx y
Engels), e incluso comunistas, insultando sin ningún escrúpulo a
los verdaderos revolucionarios, no aspiran más que a obtener
pequeñas parcelas de poder que les permitan endulzar mínimamente el
sistema capitalista, y de paso vivir como profesionales de la
política, que para un obrero o un pequeño burgués no es
precisamente un mal trabajo.
En definitiva,
consciente o inconscientemente, para lo que sirven realmente es para
legitimar y perpetuar la explotación capitalista y vivir de ella.
Entonces, ¿cómo
distinguir a los troleros que en nombre del socialismo e incluso el
comunismo adoptan discursos aparentemente propios del pensamiento
comunista para justificar sus métodos, ideologías, formas
organizativas, tácticas y objetivos, que no tienen nada que ver con
los propósitos revolucionarios de los ideales comunistas, de los
comunistas consecuentes que reconocemos que en la senda hacia la toma
del poder y la construcción del socialismo, los trabajadores de cada
país tienen que buscar su propia vía en base a su realidad
concreta?
Sencillamente
comprendiendo que los comunistas somos quienes defendemos que la
destrucción del Estado burgués sólo es posible mediante una
revolución y educamos a las masas continuamente en esta idea, y que
una vez tomado el poder, en la transición del capitalismo al
comunismo, se dan diversidad de formas políticas sin existir un
módelo único, cuya esencia particular a todas ellas es la dictadura
del proletariado.
Entendiendo y
asumiendo estas premisas, podemos teorizar que la vía canaria al
socialismo será el particular proceso revolucionario que conducirá
a la destrucción del aparato estatal burgués, la instauración de
la dictadura del proletariado y la edificación del socialismo,
dirigido por la clase obrera canaria organizada en su propio partido
político independiente.
Y el primer
paso para que la vía canaria al socialismo no sea más que pura
teoría (Teoría de la Revolución Canaria) y la meta inalcanzable de
unos cuantos revolucionarios absolutamente aíslados de la mayoría
de trabajadores y trabajadoras, es necesaria la reconstitución de un
Partido Comunista fuerte, fiel a los principios del
marxismo-leninismo y fusionado completamente con la clase obrera. Y
la reconstitución del Partido es imposible sin la reconstitución
ideológica de las ideas comunistas.
Canarias
a día de hoy, es un Archipiélago colonizado por el Estado español
y sometido por completo al imperialismo euronorteamericano, cuya
sociedad está completamente desideologizada, despolitizada y sin
conciencia de clase ninguna, carente de organizaciones de masas, y
que no cree en la necesidad de luchar por la independencia nacional y
el socialismo, sino que más bien la rechaza por miedo, conformismo,
ignorancia política o por la intoxicación aguda de la ideología
burguesa anticomunista que neutraliza el sentido crítico y combativo
de las personas, y las lleva a aceptar y asumir en lo más hondo de
su psique que más allá de este sistema no hay alternativa real
posible, y que por lo tanto todo lo que implique en el terreno
político ir más allá de los límites de la democracia existente
(partido político que se ajuste completamente a la legalidad,
aceptación de la democracia representativa burguesa como única y
auténtica democracia si acaso mejorable, y en definitiva, seguir las
tradicionales reglas de juego de la realpolitik)
es radicalismo sin sentido por el que no merece la pena ningún
sacrificio, porque ese camino sólo conduce al caos económico y al
desastre social.
Si corriesen
tiempos de mayor efervescencia revolucionaria a nivel internacional
como en el siglo pasado, que llegarán tarde o temprano, o ya hubiese
un Partido Comunista, todo sería diferente y muchísimo más
favorable. Pero la realidad es así de complicada, con todo en contra
y adversidades que resultan prácticamente obstáculos imposibles de
superar a corto y medio plazo.
La vía canaria
al socialismo nadie sabe como se manifestará concretamente, porque
primero tiene que triunfar una revolución socialista, la cual ahora
mismo tampoco nadie sabe como será exactamente, pero de lo que
debemos estar seguros es que lo hará según las particularidades
económicas, sociales y culturales propias que conforman en todo
momento, a lo largo de nuestra historia, nuestra realidad como nación
y nuestro lugar en el mundo.
Nuestro
objetivo ahora debe ser la reconstitución de un Partido Comunista
que se encargue de todas estas cuestiones. Que rehabilite las ideas
anticolonialistas y socialistas desde una perspectiva revolucionaria.
Y que sin copiar chapuceramente otras experiencias revolucionarias ni
esquemas o modelos dogmáticos, tenga la capacidad creadora de
interpretar a la perfección nuestra realidad para aplicar la táctica
más acertada, combinando las formas de lucha más convenientes en
cada momento, para avanzar cada vez más y salir del letargo en el
que estamos sumidos.
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