¿Puede China dejar que las suposiciones comprometan el futuro desarrollo del país?


PENG HUI 


"Si no se hubiera propuesto la estrategia 'Fabricado in China 2025', si no se hubiera aplicado el Plan de los 1000 Talentos, si no se defendieran los derechos en el mar Meridional de China ...". Desde el inicio de las fricciones económicas entre China y EEUU, hay una voz ininterrumpida pregonando que "y si" China "fuese discreta", respetando el liderazgo de EEUU y no desafiando su autoridad, sería posible "vivir en paz y felicidad".

Sería lo mismo que decir: "y si" China no se siente a la mesa a comer, Estados Unidos no destruirá la mesa. La cuestión es: ¿será Estados Unidos el único calificado a estar en la mesa disfrutando de un manjar mientras que China se esconde en cualquier rincón?

Esta serie de "y si" demuestra una opresión no justificada, resultante de la incapacidad de lidiar con la situación de modo proactivo en favor de la defensa de derechos e intereses legítimos. Hacerlo equivale a "incurrir en un pecado". Si la lógica de EEUU de imponerse sobre China equivale a la imagen del patriarca intransigente que no admite que pongan su autoridad en cuestión, entonces la referida fracción china de los "y si" corresponde precisamente a una clase servil y reminiscente a la figura de Ah Q [1].

La posición de la élite estadounidense en Estados Unidos es favorable al "mantenimiento del liderazgo mundial" –este es su interés fundamental. Poner en peligro el liderazgo de Estados Unidos es lo mismo que poner en peligro los intereses del país. La historia revela que Estados Unidos siempre ha tenido que convivir con la competencia de una segunda potencia. Así fue con Reino Unido, Japón, la Unión Soviética y la Unión Europea. Se trata de mantener una reacción instintiva de Estados Unidos para mantener su hegemonía. Es una manifestación directa de la "ley de la selva" en el ámbito de la política internacional. No es algo que se base en el deseo popular.

La fuerza de China dejó de ser la palidez de los tiempos previos a la implementación de la política de reforma y apertura, avanzando hoy en día a todo vapor. El PIB per cápita ha crecido de 160 dólares en 1978 a cerca de 10.000 dólares en 2018. De ser la 15ª economía en el ranking mundial, China ocupa hoy el segundo puesto en la lista. China es ahora el mayor país de comercio de mercancías del mundo y la segunda mayor potencia en el sector de los servicios. El uso de capital e inversión extranjera son también los segundos más grandes del mundo. En 2010, el PIB de China superó a Japón, saltando a la segunda posición mundial, desde entonces mantenido un fuerte ritmo de crecimiento. La prevención y contención de Estados Unidos contra China no se trata de un capricho, sino de algo deliberado. No hay espacio para las fusiones de "y si" ni para cualquier suposición.

Estados Unidos constantemente profundiza las fricciones comerciales, ejerce presiones sobre las empresas tecnológicas chinas, y, durante las negociaciones con China, prevalece su deshonestidad. Ante esta coyuntura, del lado chino, la fracción de los "y si" prefiere adoptar una postura de "ganar tiempo", exigiendo que China se trague su orgullo. Esta fracción atribuye los resultados de la presión económica, como cabría esperar, a la negativa a mantener una postura pasiva. ¿No estaremos ante una contradicción estratégica?

La perseverancia en la modestia y la prudencia, no decir cosas en vano, pasar de la teoría a la práctica, no ostentar, no tomar el liderazgo, no anhelar la hegemonía, éstas son las premisas esenciales de la postura de "descripción". Estos son valores a los que nos debemos adherir en esta nueva era. Sin embargo, hay que aclarar una cuestión: aunque persista en el camino de desarrollo pacífico, eso no implica que desistamos de nuestros derechos legítimos. No podemos sacrificar los intereses fundamentales de nuestro país. Ningún país extranjero que pretenda imponer la negociación de nuestros intereses fundamentales podrá esperar que China esté dispuesta a poner por tierra su soberanía, seguridad y su desarrollo, fruto de un largo trabajo arduo.

La lógica es simple: cualquier cesión que China haga en lo que concierne a sus intereses fundamentales significa desistir de sus aspiraciones futuras de desarrollo nacional. En esta cuestión la historia no da espacio a vacilaciones o suposiciones, China no tendrá "y si".


NOTA

[1] “La verdadera historia de Ah Q”, novela de episodios escrita por Lu Xun, que se publicó por primera vez como serie entre el 4 de diciembre de 1921 y el 12 de febrero de 1922, se considera una obra maestra de la literatura china moderna , ya que se considera el primer trabajo para utilizar plenamente el chino vernáculo después del Movimiento del 4 de mayo de 1919. Ah Q es un hombre de la clase campesina rural con poca educación y sin una ocupación definida, famoso por sus "victorias espirituales" cuando se enfrenta a una derrota extrema o humillación. Ah Q es un matón para los menos afortunados, pero un cobarde ante los que están por encima de él en rango, fuerza o poder. Se autoconvence de que es "superior" a sus opresores, incluso cuando sucumbe a su tiranía. Lu Xun expone las faltas extremas de Ah Q como un síntoma del carácter nacional chino de su tiempo.



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