La evolución de las clases dominantes en Canarias: colonialismo e imperialismo


TEODORO NELSON 


En la conquista, las clases dominantes canarias pactaron o fueron sometidas por el expansionismo castellano, convirtiéndose así en una de las primeras colonias de la modernidad, y siendo llamada por muchos “el laboratorio” de América. Diversos comerciantes de muchos países se instalaron en las islas.

Esta pronta colonización revestirá de un carácter muy medieval a la nueva clase social dominante en las Islas Canarias, hecho que se sostendrá hasta la etapa contemporánea. El peso de la propiedad de la tierra y del modo de producción feudal vinculado a la servidumbre será el dominante hasta bien entrado el siglo XX.

Al mismo tiempo, se fue creando una burguesía comercial en torno a los puertos. Veremos en el proceso histórico la fusión de los intereses terratenentistas y comerciales; los grandes propietarios de tierras se dedicaron a comerciar con sus productos, con África y con América, además de con la metrópoli. Determinados canarios hacían fortunas en las américas convirtiéndose en importantes miembro de la burguesía mercantil canaria.

En definitiva, vemos cómo se desarrolla una burguesía comercial en los puertos vinculada al comercio exterior que se enlaza con una clase terrateniente agraria en el interior. No nos puede extrañar dada esta situación el desarrollo de los procesos de “monocultivo”: azúcar, vid, cochinilla, etc. Tenemos así una situación colonial “clásica”.

¿Por qué no se desarrolla en Canarias una burguesía nacional independentista como en las Américas? La respuesta debemos buscarla en las relaciones sociales de producción y apropiación, que vendrían a determinar el desarrollo de las fuerzas productivas y por tanto, la aparición de una burguesía nacional como tal cuyos intereses entren en contradicción con los intereses metropolitanos. Esta situación no se da en Canarias.

Así pues, vemos un importante peso feudalizante. En 1860, casi el 36% de los activos eran jornaleros rurales, un 19,01% de propietarios y un 7,5% de colonos. “La relación social predominante en la agricultura policultivista de autoconsumo y abastecimiento del mercado interno, junto a renglones del subsector de exportación, fue en realidad la aparcería o medianería, propia del modo de producción feudal”.

Vemos una vez más como en las islas el atraso de las clases dominantes permitió la continuidad de las relaciones de dependencia. Un ejemplo es la gran propiedad en los señoríos de Lanzarote y Fuerteventura, con los consiguientes vínculos entre los señores de Fuerteventura y los marqueses conejeros a partir del XVIII (el vínculo de Fuerteventura de Cabrera Bethencourt y su esposa la cual instituyó el mayorazgo en Lanzarote. Este individuo conseguirá el control militar de la isla, cuyos descendientes controlarían durante aproximadamente 130 años). Otro ejemplo son los Manrique de Lara y el Conde de la Vega Grande en Gran Canaria o la acumulación de vinculaciones de los terratenientes tinerfeños. La presencia de un sistema multifundista (acumulación de muchas tierras fragmentadas) en vez de un sistema de latifundio (gran propiedad no fragmentada) también nos ayuda a entender la ausencia del desarrollo de una burguesía autónoma. La medianería desarrolló la mano de obra a jornal muy barata, así como la cesión de la tierra en usufructo, evitó la necesidad de contratar peones en el “libre” mercado. En diversos documentos se dan nota del atraso tecnológico de los agricultores canarios.

Así, hacia finales del siglo XIX nos podemos encontrar al llamado “gobierno de las 30 familias” agrupados en un liberalismo de derechas o izquierdas según sus intereses; las disputas entre la aristocracia y la burguesía de las dos islas centrales también será un tema recurrente. Matos, Quintana y LLarena, Massieu y Tello de Eslava, Molina y León Huerta… Son algunos de los nombres de estas grandes familias. Por supuesto, toda esta burguesía y aristocracia estaba poseía el control del Estado a través de numerosos vínculos familiares y del control de la economía.

Tras el desastre de la cochinilla de los años 70 se trató de diversificar la producción agraria, con tomates, plátanos y papas, sobre todo. Se exportaba principalmente a Gran Bretaña. Estamos ante la antesala del dominio colonial (el colonialismo clásico va de 1880 hasta las independencias de los años 60). Canarias se va vertebrando así como una colonia netamente africana, basada en la exportación de cultivos o “cash crops” en inglés. Esta época y los inicios del siglo XX Canarias será conocida como una “colonia inglesa sin bandera”. Al tiempo las islas progresivamente se irán revalorizando estratégicamente, en lo militar y económico.

Recapitulando: en Canarias, aparte de su carácter colonial, tenemos que recalcar tres particularidades: el peso del feudalismo en el interior, el carácter multicolonial o de plataforma imperialista, en lo político por España y en lo económico por Gran Bretaña (así como su uso militar por otras grandes potencias como Alemania a lo largo de su historia), y el desarrollo progresivo de una burguesía intermediaria del capital foráneo que se aprovechaba de las migajas del imperialismo en las islas y en las otras colonias. No es de extrañar que dentro los puertos francos fueran de tanta relevancia para la burguesía isleña, dentro del cerrado marco de acción española. Es también un signo de distinción para con la burguesía peninsular.

Ya hacia 1920 Canarias había sufrido una diversificación hacia actividades sobre todo de servicios, comerciales e industriales (estas últimas menos). En esta fecha la población hay un desarrollo de la población urbana, aunque la rural seguiría siendo la mayoritaria hasta los años 60. En su zona del atlántico, las islas canarias pasaron a ocupar los primeros rankings portuarios: las islas canarias crecieron al amparo del imperialismo. Quizás los ejemplos más claros sean los suministros de agua y carbón.

A pesar de estas particularidades, el período franquista y su política autárquica de la mano del Mando Económico supuso un repunte del colonialismo español (recordemos el realineamiento que sufrió España con la posguerra, alejando a canarias de las metrópolis colonizadoras tradicionales, es decir, de gran Bretaña). Así, las clases dominantes canarias se van transformando a imagen y semejanza de la burguesía metropolitana. Es “el momento de transición entre dos modelos de dependencia económica: el agro-exportador y comercial […] y el terciarizado”. O sea, la burguesía dependiente del capital foráneo, parasitaria y auxiliar del imperialismo, a una burguesía dependiente y parasitaria de las finanzas del Estado, en este caso de las obras públicas. Esta cambio aunque traumático es lógico, puesto que no existía una burguesía industrial desarrollada con capacidad de autonomía, pasando de un modo de dependencia a otro.

Evidentemente, la burguesía canaria no se conformaba con los vínculos con el Estado y reivindicaba sus intereses exportadores, consiguiendo que el Mando Económico autorizara levantes de mercancías y adoptara con el tiempo cierta flexibilidad. Este organismo favoreció a los grandes propietarios con sus obras públicas. El carácter retardatario de la clase dominante canaria continuó gracias a todos estos procesos; su posición intermediaria y servil dentro de las relaciones sociales de producción con la metrópolis y con el capital internacional crearon una mentalidad servil, caciquil y corrupta (pues se basaban en las relaciones con el Estado, la extracción de capitales de las instituciones y el apoyo al capital imperialista en vez del desarrollo industrial, algo típico en muchas colonias) la cual se reflejó también en las masas.

La gran transformación en la historia de las islas se da a partir de los años 60. La conjunción de las obras públicas y el carácter de la burguesía como intermediaria daría pie al modelo actual: el turismo. Emigración en masa, más casas construidas en este período que en toda la historia de Canarias, la desaparición de la agricultura (1,1% en 2008), etc.

No se trata de un turismo como el de las metrópolis. Las islas canarias con cerca de 12 millones de turistas, más que Brasil y el Caribe, carece de turoperadoras propias y de aviones propios. Es también una industria intermediaria, dependiente del capital foráneo y de bajo valor añadido.

A este modelo productivo, superior a cualquier otro y aún más dependiente si cabe, se le une un imperialismo de migajas de las empresas canarias (en Cabo Verde o Marruecos por ejemplo) unido a una continua revalorización como plataforma de penetración neo-colonialista en África. Un ejemplo de ello podría ser la multinacional minera Kinross, que tiene a canarias como centro logístico para operar en Mauritania (muchos directivos de esta multinacional viven en lujosas casas en las islas). Esta empresa ya acumula graves sospechas de corrupción en el país africano. Diversos sectores de la clase dominante canaria bajo la Autoridad Portuaria están tratando de impulsar a canarias como la “Gran Gasolinera del Atlántico” reforzando su carácter secular como pseudo-imperialista e intermediaria del imperialismo global.

En resumen:

La clase dominante en Canarias se ha ido desarrollando como una clase rentista e intermediaria, dependiente del capital imperialista foráneo al cual sirve. El atraso en las fuerzas productivas y su carácter feudal hasta épocas tardías la definió como dependiente del capitalismo contemporáneo. Los sectores de burguesía industrial y comercial, de bajo valor añadido, dependen a su vez del Estado o del comercio mundial.

Canarias ha sido objeto del imperialismo español y del imperialismo internacional, configurándose además de como colonia de los intereses españoles como una plataforma de penetración imperialista, desarrollando un pequeño imperialismo de migajas al socaire del capital occidental.


BIBLIOGRAFÍA:

MIllares Cantero, Agustín et al. Historia Contemporánea de Canarias. 2011 Ed. La Caja de Canarias.

Ecologistas en Acción. La gran gasolinera del Atlántico amenaza gravemente los recursos de las islas y pone en riesgo permanente a la población canaria. URL: http://www.ecologistasenaccion.es/article29958.html

Gutiérrez, Julio. Kinross avala a Gran Canaria como centro logístico para negocios en África. La Provincia. URL: http://www.laprovincia.es/economia/2012/12/20/kinross-avala-gran-canaria-centro-logistico-negocios-africa/504507.html

Sagastume, Bernardo. La minera Kinross, bajo sospecha por pagos irregulares en Mauritania. ABC. URL: http://www.abc.es/local-canarias/20151008/abci-kinross-canarias-mauritania-201510072238.html

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