Movimientos del imperialismo estadounidense en Siria


TEODORO NELSON 


En reciente ataque a Jan Sheijún (Idlib) muestra la actual situación de la guerra neocolonial siria. Idlib estaba bajo control de los yihadistas financiados por estadounidenses y sus aliados. Que estados unidos haya apoyado a éstos en la zona es un hecho más que comprobado. Incluso fueron capturados militares británicos, norteamericanos y franceses.

Sin embargo, las recientes victorias en suelo sirio nos muestran que la táctica de la subversión interna no está funcionando. En abril de 2013 pudimos observar como las tropas leales al gobierno habían avanzado muchas posiciones en Idlib, en una fuerte iniciativa, reforzados tras la toma de Alepo en diciembre del pasado año. Los campamentos militares de Hamdiya y Wadi Deif se desembarazaron del asedio impuesto desde hacía 6 meses gracias a un ataque por la retaguardia. Tras atacar Babulin se abrieron nuevas líneas de suministro para las tropas. En la región de Daara (en el sur) se hablaba de nuevos avances, e incluso en Damasco podíamos ver un avance de la situación. En Adra, cerca de la capital, se consiguió romper el bloqueo a uno de sus batallones. En Homs se emprendió una ofensiva considerable. Ya tras la toma de Alepo en diciembre de 2016, Thierry Meyssan nos advertía que “El proceso de liberación total del suelo sirio debería proseguir ahora con la liberación de Idlib”.

Esto al mismo tiempo que podemos ver disensiones de relativa importancia entre la coalición otanista-yihaidista. Qatar se ha acercado a Moscú (básicamente los rusos los han comprado con una quinta parte del hidrocarburo de Rosnef). Por otra parte, surgen disensiones en el centro de los aliados euroccidentales. Por su parte, Estados Unidos pretende dejar a muchos mercenarios a su suerte y acabar con los despojos que vayan dejando las tropas fieles a Al-Assad, entrando más directamente en el terreno. Está táctica encaja perfectamente en la política exterior belicista de Trump así como las necesidades del capital norteamericano de aumentar la demanda de armas debido a la crisis mundial. Los ataques recientes por parte de EEUU suponen al mismo tiempo un intento de provocación. Otros socios Europeos como los británicos y los franceses poseen todavía activos valiosos a los que han financiado (como los cascos blancos o las numerosas tropas de yihadistas extranjeros en Raqqa) y en general, son más partidarios de un imperialismo más indirecto, y de seguir apoyando a la “oposición” Siria.


Curiosamente, el ataque químico en Idlib se realizó sobre posiciones cerca de donde, como hemos visto, el ejército sirio había tomado la iniciativa. Por otra parte, el ataque aéreo de la coalición estadounidense que asesinó a 20 civiles en Raqqa, se realizó sobre la parte oeste. La zona occidental de esta ciudad está, en buena parte, en manos de tropas enfrentadas al ISIS. Si a esto le sumamos otras informaciones menos relevantes como las palabras de Hillary Clinton incitando, antes del ataque estadounidense con misiles de crucero Tomahawk, a destruir las bases aéreas de Al-Assad, parece que lo más probable es que este ataque haya sido usado como causus belli por parte de la administración Trump. También es muy posible que el ataque lo hayan perpetrado los mismos yihadistas, en una táctica de tierra quemada o sencillamente por órdenes de sus financiadores occidentales. Constituiría así un ejemplo más de falsa bandera (false flag).

Esto nos revela varios puntos importantes:

1. La incapacidad de EEUU de controlar la situación sin recurrir a la intervención directa.

2. Las necesidades internas de la economía norteamericana que la impulsa, una vez más, a la guerra frontal.

3. Se está tratando de establecer un cordón sanitario frente al avance sirio-iraquí (Homs, Mosul, Raqqa…) que permita reorganizar la oposición al gobierno, probablemente en torno al Frente Nusra.

4. El debilitamiento diplomático y militar de las fuerzas antigubernamentales.

Parece ser que la situación de “caos controlado” cada vez tiene menos de lo segundo, aunque se trate de sostener la inestabilidad en la región. Una nueva lluvia de sangre caerá sobre el pueblo sirio, que trata de librarse de la lacra del terrorismo, del imperialismo y del yihaidismo. Por su parte, el viraje en la geopolítica tensará cada vez más las relaciones bilaterales a escala mundial, siendo Oriente Medio (junto con otras zonas como el pacífico) uno de los puntos calientes de pugna estratégica entre los distintos actores. La resistencia de Al-Assad supone así un palo en la rueda de Estados Unidos, aunque a corto plazo pueda parecer ventajosa para la joven y castrense administración Trump.

Fuente de la imagen: Rusia Today

BIBLIOGRAFÍA:

Paul Antonopoulos. US airstrike kills 20 civilians, injures dozens in Raqqa countryside. https://www.almasdarnews.com/article/breaking-us-airstrike-kills-20-civilians-injures-dozens-in-raqqa-countryside/

Pierre Khalaf. Progresos del Ejército Árabe Sirio en Idlib, Homs y Daraa. http://www.voltairenet.org/article178189.html

Teodoro Nelson. Imperialismo y terrorismo: la financiación del Estado Islámico (actualizado a 31/01/2017). http://www.teodoronelson.com/2015/12/imperialismo-y-terrorismo-la.html

Thierry Meyssan. ¿Destruir Daesh? http://www.voltairenet.org/article195785.html

Thierry Meyssan. Después de Alepo, liberar Idlib. http://www.voltairenet.org/article194705.html

Rusia Today. ¿Sabía algo? Hillary Clinton llamó a bombardear las bases de Al Assad poco antes del ataque en Homs. https://actualidad.rt.com/actualidad/235291-ataque-homs-clinton

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